Durante más de 40 años, el aclamado director Francis Ford Coppola ha intentado hacer despegar su antiguo proyecto. Después de innumerables retrasos, Megalópolis estrenada en el Festival de Cine de Cannes de 2024, la película es un sueño febril experimental sobre una fe moribunda en la humanidad y la fascinación por construir un mañana utópico. Cuando los poderes fácticos se interponen en nuestro camino, ¿cómo cumplimos nuestro propósito de crear un legado y un mundo mejor para las generaciones futuras? Megalópolis no es sólo un deleite trascendental para los sentidos, es una manifestación de los sueños de Coppola para la humanidad y su dedicación al cine.
Adam Driver interpreta a César Catalina, un arquitecto con la visión de transformar una ciudad en decadencia en una utopía sostenible. Con su poder para controlar el tiempo, su plan de reconstrucción traza un futuro nuevo e idealista. El corrupto alcalde Franklyn Cicero (Giancarlo Esposito), que quiere mantener el status quo, se interpone en su camino. Incluso el travieso primo de Catalina, Clodio Pulcher (Shia LaBeouf), busca arrebatarle el poder a su padre, Hamilton Crassus III (Jon Voight), para tomar el control de la ciudad. Con la ayuda de la hija del alcalde, Julia (Nathalie Emmanuel), el futuro no es tan sombrío para César y sus planes.
La fuerza de la megalópolis reside en la complejidad de la humanidad
La ostentación de la película no supera la historia.
De Megalópolis’ En la secuencia inicial, supe que ver la película de Coppola sería la experiencia de mi vida. Inmediatamente nos presenta las habilidades de control del tiempo de Catalina con imágenes sensacionales y ricas en intensidad. Mientras Driver’s Cesar se inclina sobre un rascacielos, detiene el tiempo con una simple orden y lo descongela fácilmente con un chasquido de dedos. Esta sencilla secuencia va acompañada del tictac de un reloj sobre un bajo retumbante que nos atrae hacia su encanto con facilidad y entusiasmo mientras esperamos ansiosamente examinar el significado más profundo de todo esto.
Es una experiencia ordenada y turbulenta que agudiza intencionalmente todos los sentidos para que sintamos la magnitud de su deslumbrante mundo.
Esa es la belleza de Megalópolis. Es llamativa y está llena de caos, pero en última instancia es una historia simple sobre las complejidades de la humanidad, cuando un hombre sueña con cambiar y salvar el mundo, mientras que otros están decididos a destruirlo. Coppola nos presenta figuras políticas decididas a luchar contra la corrupción para impedir el cambio. Luego están los ricos, que harán todo lo posible para hacer lo mismo, aumentando su dinero, poder e influencia.
Megalópolis es un logro cinematográfico impresionante
La historia sigue el modelo del mundo real.
Coppola modela a estos personajes según el mundo real, eliminando toda sutileza e inclinándose hacia los extremos. Pero detrás de todo el alboroto hay un rayo de esperanza que Coppola quiere que entendamos. Puede que la teatralidad maligna esté en tu cara, pero también lo están esos deseos esperanzadores, que vienen acompañados de un bienvenido humor.
Megalópolis Contiene un excedente de referencias e influencias a la época de la Antigua Roma y la caída de su imperio. Las alegorías presentadas enmascaran una infraestructura aún más reveladora sobre la humanidad en lo que respecta al deseo de poder, riqueza e influencia. Muchas personas están perdiendo la fe unas en otras, en el sueño americano y en la humanidad en su conjunto. E incluso con el tiempo, parece que las cosas están empeorando. Después de todo, el tiempo es algo que siempre nos han enseñado a apreciar su paso.
Los animo a que adopten la película como un drama de ciencia ficción expresivo y seductor que es alucinante.
Pero Coppola, en su película artística, nos desafía a creer que podemos manipularlo cuando lo usamos sabiamente, en este caso, para la supervivencia de la humanidad. Por la forma en que Coppola presenta temas relacionados con la supervivencia de la humanidad, puede ser fácil observar Megalópolis y verlo como un trabajo pretencioso que se limita en el diseño. Pero te animo a que aceptes la película como un drama de ciencia ficción expresivo, seductor y alucinante.
Megalópolis No es sólo una escapada divertida, es un sueño febril que rara vez cesa. Es una experiencia ordenada y turbulenta que agudiza intencionalmente todos los sentidos para que sintamos la magnitud de su deslumbrante mundo. Puede que hayan sido necesarios más de 40 años para hacer la película, pero Megalópolis Es un logro cinematográfico y vale la pena esperar.
Megalópolis ahora se proyecta en los cines. La película tiene una duración de 138 minutos y tiene clasificación R por contenido sexual, desnudez, uso de drogas, lenguaje y algo de violencia.
Megalópolis, dirigida por Francis Ford Coppola, es una película visionaria de 2024 que explora el ambicioso sueño de transformar la ciudad de Nueva York en una utopía después de un desastre devastador. La narrativa investiga el choque entre la visión utópica del arquitecto y la agitación política y personal que sigue. Con un reparto estelar, la película examina temas de ambición, poder y resistencia del espíritu humano en el contexto de una metrópolis futurista.
- El elenco repleto de estrellas interpreta sus papeles con estilo y convicción.
- La dirección de Coppola invita a un caos que invade los sentidos
- El mensaje definitivo de esperanza en la humanidad fundamenta la película en la realidad
- La película es a menudo demasiado entusiasta en su teatralidad.